En pleno invierno del año 1023, a dos días de la Navidad, don Nuno Jopia, el sobrino favorito de Paulo Curvelo, volvía a casa después de una larga campaña de batallas y conquistas cerca de la frontera de su condado, Bragança, con el condado de Lima.
Nuno era un regidor poco o nada belicoso, debido en gran parte a la educación abierta que de joven recibió de su tío Paulo, pero los inicios del siglo XI estaban siendo muy complicados en el reino de Galicia, y, para las tierras más alejadas de Coimbra, la capital del reino, conseguir mantener las fronteras en su sitio era una labor complicada.
Hacía más de dos días que había iniciado la vuelta a casa, y no había parado de cabalgar en dirección al corazón de su reino, a lo largo de montes y valles prácticamente deshabitados de la zona interior de Galicia.
Desde la almena los guardas reconocieron a su amo con sus acompañantes, y se apresuraron a abrir las enormes y fortificadas puertas del castillo. Don Nuno no dejó de galopar hasta alcanzar el centro del castillo. Bajó del caballo y voz en grito convocó a sus consejeros en “la Condal”.
Unos minutos para comer algo, beber un poco y, con el mismo aspecto con el que acababa de llegar de un viaje de dos días se presentó en su particular sala de reuniones del castillo, la Sala Condal.
Sus ocho consejeros aguardaban sentados en la sala, en silencio, expectantes. Hacía bastantes semanas que no veían a su Señor, y ahora estaban intrigados con el estado de las conquistas y las nuevas que les pudiera traer.
—Buenas noches. Caballeros… ¡El norte es nuestro! Tres semanas y media de batallas y por fin los límites de Bragança se han extendido hasta el mar.
Bebió un poco de vino mientras sus consejeros se felicitaban por las hazañas de su Señor.
—Desde que yo soy Conde De Bragança, aquel pequeño pueblo de Galicia, Bragança no ha dejado de crecer. Mis tierras, nuestras tierras, crecen día a día. Solo nos falta una cosa: gente para trabajarlas. Bragança es grande, nuestras riquezas se acumulan por todas las esquinas del castillo, pero no podemos crecer sin tierras. No podemos ser más ricos si no tenemos campesinos que las trabajen. No podemos ser más ricos si no encontramos quien pague los impuestos. La verdad es que a veces me resulta difícil entender cómo hacemos para conseguir que estos gañanes nos trabajen las tierras y además nos den todos sus frutos.
Grandes carcajadas entre los caballeros.
—Señores, mañana me voy de nuevo al amanecer. Lisboa debe caer.
Tuesday, March 20, 2012
Parallel lifes. Sample 2 (II)
El día de Nochebuena de 2.023 era un día anormalmente cálido. A diferencia de otros años no nevaba, ni se esperaba que nevase en los días siguientes. Ezequiel Anderton se dirigía en su coche de empresa, con su chófer de empresa, hacia las oficinas principales de Anderco, su imperio, el de su padre en realidad.
Samuel, había empezado en el negocio en los años 60 con una pequeña casa de empeños a las afueras de su ciudad natal. Y en el año 2.003, solo 40 años después, había llegado a construir una red de empresas valorada en miles de millones de euros. Muchas veces fue preguntado por el secreto de su éxito, y la respuesta siempre había sido la misma: imaginación, intuición y trabajo duro.
Ezequiel se lo encontró todo hecho, pero no por ello se dedicó a vivir una vida feliz sin preocupaciones y llena de excesos.
Su chófer lo dejó en la entrada del Samuel Business Center, el corazón de Anderco. Subió a su despacho en la planta 52, en su ascensor privado. Allí, en una enorme sala anexa a su lugar de trabajo, los 10 consejeros de mayor rango en la empresa le esperaban para tomar la decisión más importante de los últimos años. Samuel lo tenía claro, así que no esperó a que le preguntasen.
—Señores, desde que yo me hice cargo de Andreco no hemos parado de crecer. A día de hoy el número de compañías que forma nuestro conglomerado empresarial supera las 120.000, es decir, somos los dueños de más del 80% de las empresas del país, y eso representa además el 100 por cien de los negocios franquiciados permitidos legalmente. Nadie, como ustedes saben, puede hacer negocios en nuestro país sin nuestro consentimiento. Somos los dueños de las vidas del 92.7% de los trabajadores de este país, y, por tanto, la práctica totalidad de las familias viven bajo nuestro seno. Pagamos a nuestros empleados para que se gasten el dinero en nuestras empresas. El control que tenemos sobre el nivel de vida del país es devastador. Cualquier pequeño ajuste que propaguemos desde la matriz de Anderco hacía abajo en nuestra jerarquía empresarial logrará que sumamos al país en la más profunda de las crisis o en una época de bonanza nunca antes soñada. Y esto es algo que depende de nuestras necesidades de autofinanciación, y de nuestras decisiones. Caballeros, a veces hasta a mi mismo me resulta difícil de entender y de creer. Somos los dueños de sus vidas, creen que trabajan para ganarse la vida y alimentar a sus familias, pero en realidad lo único que hacen es nacer, crecer y morir dentro de nuestros dominios, generando una riqueza que convierte a Anderco en la dueña del destino de este país y sus gentes, y a mí en su Dios.
Los consejeros, aunque sabían de la grandilocuencia del presidente y dueño de la empresa siempre se asombraban cada vez que decidía impresionarlos con algún discurso pre decisorio. Ezequiel continuó después de una pequeña pausa.
—Este gobierno que hemos puesto hace sólo 3 años cree que está aquí para gobernar. Parece que no le han explicado a ese imbécil de Pablo Vaquero que forma parte del sistema, de mi sistema, que vive para trabajar para nuestro imperio… Nadie mientras yo sea Andreco aprueba ninguna Ley de Comercio Libre ni nada sin mi permiso en este país.
Se quedó callado después de alzar la voz y conseguir poner al consejo en tensión, al ver que se acercaba el momento de la decisión.
—Señores, el martes que viene el señor Vaquero tendrá un accidente aéreo que será el origen de las próximas elecciones. Ya les informaré del nombre del nuevo presidente.
Samuel, había empezado en el negocio en los años 60 con una pequeña casa de empeños a las afueras de su ciudad natal. Y en el año 2.003, solo 40 años después, había llegado a construir una red de empresas valorada en miles de millones de euros. Muchas veces fue preguntado por el secreto de su éxito, y la respuesta siempre había sido la misma: imaginación, intuición y trabajo duro.
Ezequiel se lo encontró todo hecho, pero no por ello se dedicó a vivir una vida feliz sin preocupaciones y llena de excesos.
Su chófer lo dejó en la entrada del Samuel Business Center, el corazón de Anderco. Subió a su despacho en la planta 52, en su ascensor privado. Allí, en una enorme sala anexa a su lugar de trabajo, los 10 consejeros de mayor rango en la empresa le esperaban para tomar la decisión más importante de los últimos años. Samuel lo tenía claro, así que no esperó a que le preguntasen.
—Señores, desde que yo me hice cargo de Andreco no hemos parado de crecer. A día de hoy el número de compañías que forma nuestro conglomerado empresarial supera las 120.000, es decir, somos los dueños de más del 80% de las empresas del país, y eso representa además el 100 por cien de los negocios franquiciados permitidos legalmente. Nadie, como ustedes saben, puede hacer negocios en nuestro país sin nuestro consentimiento. Somos los dueños de las vidas del 92.7% de los trabajadores de este país, y, por tanto, la práctica totalidad de las familias viven bajo nuestro seno. Pagamos a nuestros empleados para que se gasten el dinero en nuestras empresas. El control que tenemos sobre el nivel de vida del país es devastador. Cualquier pequeño ajuste que propaguemos desde la matriz de Anderco hacía abajo en nuestra jerarquía empresarial logrará que sumamos al país en la más profunda de las crisis o en una época de bonanza nunca antes soñada. Y esto es algo que depende de nuestras necesidades de autofinanciación, y de nuestras decisiones. Caballeros, a veces hasta a mi mismo me resulta difícil de entender y de creer. Somos los dueños de sus vidas, creen que trabajan para ganarse la vida y alimentar a sus familias, pero en realidad lo único que hacen es nacer, crecer y morir dentro de nuestros dominios, generando una riqueza que convierte a Anderco en la dueña del destino de este país y sus gentes, y a mí en su Dios.
Los consejeros, aunque sabían de la grandilocuencia del presidente y dueño de la empresa siempre se asombraban cada vez que decidía impresionarlos con algún discurso pre decisorio. Ezequiel continuó después de una pequeña pausa.
—Este gobierno que hemos puesto hace sólo 3 años cree que está aquí para gobernar. Parece que no le han explicado a ese imbécil de Pablo Vaquero que forma parte del sistema, de mi sistema, que vive para trabajar para nuestro imperio… Nadie mientras yo sea Andreco aprueba ninguna Ley de Comercio Libre ni nada sin mi permiso en este país.
Se quedó callado después de alzar la voz y conseguir poner al consejo en tensión, al ver que se acercaba el momento de la decisión.
—Señores, el martes que viene el señor Vaquero tendrá un accidente aéreo que será el origen de las próximas elecciones. Ya les informaré del nombre del nuevo presidente.
Friday, March 9, 2012
Te eché de menos
La noche es una estrella en tu cucharilla cuando sientes que te necesito, cada vez que me observas queriéndote o echándote de menos.
La noche, mi oscuridad mental cuando no consigo entenderte, cuando caminamos en distintas direcciones.
Lo he pensado muchas veces mientras estuvimos juntos, y muchas más desde que he empezado a ser feliz, sin ti.
Siento no haber conseguido llegar a más, te quise hasta que me di cuenta de que no representaba nada en tu vida, hasta el momento en que mis ojos vieron la realidad. Ahora sé que nunca me necesitaste.
[Relatos en cadena 15Sep11]
La noche, mi oscuridad mental cuando no consigo entenderte, cuando caminamos en distintas direcciones.
Lo he pensado muchas veces mientras estuvimos juntos, y muchas más desde que he empezado a ser feliz, sin ti.
Siento no haber conseguido llegar a más, te quise hasta que me di cuenta de que no representaba nada en tu vida, hasta el momento en que mis ojos vieron la realidad. Ahora sé que nunca me necesitaste.
[Relatos en cadena 15Sep11]
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